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Jean Cundiff Bette

1. el mundo de nuestro padre El mundo de Dios estaba en todas partes y lo era todo. El mundo de Dios estaba lleno de Amor y belleza. El mundo de Dios estaba lleno con la música de la felicidad. Los burbujeantes arroyos reían felizmente. La Luz del sol bailaba y parpadeaba. Los árboles susurraban su satisfacción. Pequeño Cordero estaba en paz en el mundo de su Padre. Había cálida luz ... Ver más Ocultar 1. el mundo de nuestro padre El mundo de Dios estaba en todas partes y lo era todo. El mundo de Dios estaba lleno de Amor y belleza. El mundo de Dios estaba lleno con la música de la felicidad. Los burbujeantes arroyos reían felizmente. La Luz del sol bailaba y parpadeaba. Los árboles susurraban su satisfacción. Pequeño Cordero estaba en paz en el mundo de su Padre. Había cálida luz solar, agua fresca para beber y verde hierba para comer. Todos los animales vivían en Amor y hermandad. Su Padre estaba en ellos y a su alrededor. Él les hablaba en sus corazones. Un día, Dios llamó a Pequeño Cordero: "Pequeño Cordero, necesito tu ayuda". "Señor Padre", contestó Pequeño Cordero, "¿cómo puedo ayudarte?". Y su Padre dijo: "Pequeño Cordero, tú eres perfecto y amoroso, tal como son todos Mis niños. Y cuando ellos están despiertos en Mi mundo pueden ver su perfección, puesto que Yo los amo a todos y los he creado perfectos. Pero, a veces, Mis niños duermen, y cuando están dormidos sueñan, y en sus sueños olvidan Mi Amor. Olvidan que son perfectos. Olvidan a su Padre, quien siempre está con ellos y los ama. "Tú, Pequeño Cordero, entiendes esto y puedes ver el Amor en todos tus hermanos. Ahora debes dormir y soñar. Sueña, Pequeño Cordero, pero en tus sueños recuérdame y ayuda a tus hermanos para que ellos también me recuerden. Enséñales que el mundo que creen ver es simplemente un sueño. Ayúdalos a despertar y a abrir sus ojos a Mi mundo Real, donde están el Amor y la felicidad". Y Pequeño Cordero se llenó con el encanto y la paz del Amor de Dios. "Sí, Padre. Dormiré y soñaré. Pero recordaré que Tú estás siempre conmigo. Entraré en el mundo del sueño y ayudaré a todos mis hermanos a recordarte y a despertar a Tu mundo Real". A medida que el sol se escondía suavemente detrás de los árboles, Pequeño Cordero se acurrucó cómodamente haciéndose un ovillo. La música de los pájaros e insectos sonaba dulcemente susurrando una canción de cuna, tranquilizando a Pequeño Cordero para ayudarle a dormir. Y en su corazón, oyó las palabras de su Padre: "Tú eres Mi Hijo, en quien me complazco. Tu trabajo ha comenzado. Sueña dulces sueños, Pequeño Cordero. Y en tus sueños despierta a Mis Niños para que recuerden Mi Amor por ellos". 1. el mundo de nuestro padre El mundo de Dios estaba en todas partes y lo era todo. El mundo de Dios estaba lleno de Amor y belleza. El mundo de Dios estaba lleno con la música de la felicidad. Los burbujeantes arroyos reían felizmente. La Luz del sol bailaba y parpadeaba. Los árboles susurraban su satisfacción. Pequeño Cordero estaba en paz en el mundo de su Padre. Había cálida luz solar, agua fresca para beber y verde hierba para comer. Todos los animales vivían en Amor y hermandad. Su Padre estaba en ellos y a su alrededor. Él les hablaba en sus corazones. Un día, Dios llamó a Pequeño Cordero: "Pequeño Cordero, necesito tu ayuda". "Señor Padre", contestó Pequeño Cordero, "¿cómo puedo ayudarte?". Y su Padre dijo: "Pequeño Cordero, tú eres perfecto y amoroso, tal como son todos Mis niños. Y cuando ellos están despiertos en Mi mundo pueden ver su perfección, puesto que Yo los amo a todos y los he creado perfectos. Pero, a veces, Mis niños duermen, y cuando están dormidos sueñan, y en sus sueños olvidan Mi Amor. Olvidan que son perfectos. Olvidan a su Padre, quien siempre está con ellos y los ama. "Tú, Pequeño Cordero, entiendes esto y puedes ver el Amor en todos tus hermanos. Ahora debes dormir y soñar. Sueña, Pequeño Cordero, pero en tus sueños recuérdame y ayuda a tus hermanos para que ellos también me recuerden. Enséñales que el mundo que creen ver es simplemente un sueño. Ayúdalos a despertar y a abrir sus ojos a Mi mundo Real, donde están el Amor y la felicidad". Y Pequeño Cordero se llenó con el encanto y la paz del Amor de Dios. "Sí, Padre. Dormiré y soñaré. Pero recordaré que Tú estás siempre conmigo. Entraré en el mundo del sueño y ayudaré a todos mis hermanos a recordarte y a despertar a Tu mundo Real". A medida que el sol se escondía suavemente detrás de los árboles, Pequeño Cordero se acurrucó cómodamente haciéndose un ovillo. La música de los pájaros e insectos sonaba dulcemente susurrando una canción de cuna, tranquilizando a Pequeño Cordero para ayudarle a dormir. Y en su corazón, oyó las palabras de su Padre: "Tú eres Mi Hijo, en quien me complazco. Tu trabajo ha comenzado. Sueña dulces sueños, Pequeño Cordero. Y en tus sueños despierta a Mis Niños para que recuerden Mi Amor por ellos".

$ 38300,00

Detalles del producto

  • Editorial: OB STARE
  • Idioma: Español
  • Peso: 1000
  • Materias:
    • ISBN: 9788494542336

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      • Editorial: OB STARE
      • Idioma: Español
      • Peso: 1000
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